39 cafés y un desayuno. Lidia Herbada.

Título y autor: 39 cafés y un desayuno. Lidia Herbada.

Páginas: 178.

Editorial: Espasa.
Libro autoconclusivo.

Sinopsis: 

Martina es una chica treintañera sin suerte en la búsqueda del amor perfecto hasta que su hermana decide tomar cartas en el asunto. Pero estamos en el siglo XXI y el amor ya no está en el aire, está en la red. Para encontrarlo, sólo hay que armarse de una buena dosis de paciencia, unas gotas de chispa y un ordenador con los megas suficientes para que no se quede colgado en el momento cumbre.

Cuando el mundo virtual se convierte en realidad, Martina pensará que sus citas son como los cafés: a veces cargados, otras espesos, cortados o descafeinados. ¿Encontrará el café perfecto, el que se sirve con un delicioso croissant y zumo de naranja?

Opinión:

Lo mejor:

El tono irónico que tiene la autora te hará sonreír en algunas ocasiones y hará que te sientas identificada al menos con alguna de las situaciones que vive Martina con los chicos que conoce gracias a su hermana. Lidia Herbada es muy inteligente y sus comentarios y referencias actuales se agradecen (sobre todo si eres de Madrid, donde se basa la historia). Puede serte útil si lo ves como una guía para ligar por internet y quieres seguir sus consejos. 

Lo peor:

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La idea del libro es buena, pero no tiene una trama como tal. Simplemente es una especie de diario en el que la hermana de Martina cuenta sus vivencias buscando un novio para Martina mezclado con algo de la amistad que tiene con ella y del drama que es cumplir los 40. A veces cansa bastante este último tema, supongo que yo todavía no llego a entenderlo y puede que gente que esté más cercana a esa edad se sentirá más identificada con los pensamientos de la narradora. A pesar de tener 178 páginas se hace algo pesado en ocasiones y parece que la escritora repite varias veces las mismas reflexiones, pero de distintas formas. 

39 cafés y un desayuno no era lo que me esperaba. Pensaba que iba a ser del estilo de El diario de Bridget Jones, pero acaba siendo la descripción del desfile de hombres que pasan por la vida de Martina y sus fracasos amorosos. Los personajes masculinos tampoco son originales, son más bien clichés algo exagerados. Tampoco me gusta el mensaje que deja: Martina no necesita a un chico a su lado simplemente porque tenga 40 años y se le vaya a "pasar el arroz". No hace falta conocer a hombres de esa forma desesperada.